lunes, 2 de marzo de 2015

''¿Es de Argentina? Ni en pedo la miro.''

Breve prefacio

Ok, he de relegar las siguientes...9 entregas del cine de alto nivel para otros tiempos más frescos aquí en Argentina. Me refiero a la temporada otoño/invierno de este tan ansiado 2015 (mi siguiente entrada detallará el porque de ese adjetivo). Ya saben: rendir finales, mantener un estado físico/emocional sano y tener unos momentos de ocio es una balanza complicada de mantener ecuánime.

Sí, así estoy.
No obstante, hoy les traigo este post 2 x 1, con review y opinión. Es una clase de artículo que me gusta hallar por internet, me gusta leer así y me encantaría que todos fueran así. Pero bueno, el mundo es heterogéneo, por suerte (y gracias a 4.5 mil millones de años).

Introducción

''No miro pelis de Argentina'', ''el cine de acá es una mierda'', ''todas las películas de Argentina son malas''...susurro (y, a veces, grito) que enarbola la bandera del desprecio por un arte hecho en este territorio delimitado arbitrariamente por seres humanos a lo largo de tres siglos llamado Argentina. Es el panfleto que suelo recibir cuando recomiendo cine nacional. ¿Será porque no recomiendo Bañeros 4? ¿O productos más televisivos y menos amateurs como ''Socios por accidente''? Lo dudo. Ya sea elogiando ''Relatos Salvajes'' o defenestrando puerilmente a ''Las Acacias'' voy a chocar con el mismo dogma de años y años...el cine de acá apesta. Argentinian cinema sucks!

Hijo de una gran putjehdaus...
Confieso que no me gustan todas las películas que veo. No me gustan la mayoría de películas que miro. Desprecio a una minoría y exudo exclamaciones de amor por un porcentaje infinitesimal de las presentaciones cinematográficas. No suelo escribir reviews de las películas que no me gustan, salvo que sea imperativo advertir de la podredumbre de la producción. Y eso es normal. Es común que si se miran varias películas, la mayoría no te gusten. Pero eso no quiere decir que no voy a mirar ''Betibú'' porque ''Así no hay cama que aguante'' sea un bodrio repelente. Esa es la actitud dominante de muchos argentinos por el cine hecho aquí, en este cacho de tierra usurpado en escalerita.

Amigos, novias, conocidos, familiares. Todos han tenido una experiencia lamentable con el cine argentino. Incluyéndome. Lo que divide la torta es el hecho de entender que esa fue una película y no toda una masa uniforme que colisionó con tus gustos. Porque es así como tratan al cine hecho en Argentina. Como una masa uniforme. Como si las pedorradas con Olmedo fueran de la misma estirpe que obras maestras como ''El Aura''. En serio. Y na' que ver.

¡Cómo si Darín pudiera actuar como Olmedo, por favor!
Deberían darle una oportunidad. Y no por ser argentinos. Si nos atenemos al argumento nacionalista, popular y patriota...creo que soy la persona menos indicada para defender el cine nacional. Desprecio el fanatismo. Desprecio el cántico futbolero (no así el fútbol). Si naciste en Argentina, no estas obligado a amar el asado, el dulce de leche o los alfajores. No es una elección obligatoria, no sos un raro o un pelotudo si estas en desacuerdo con los reclamos malvinenses (tampoco serías pelotudo si tus argumentos son fútiles). Lo que quiero decir es que no te tenes que sentir orgulloso de ser Argentino, ya que no hiciste un pomo por ello. Fue un accidente. O una confluencia de circunstancias biológicas, químicas y físicas que derivaron en nacer en este pedazo de tierra. Pero sí le das tantas oportunidades a Hollywood (que se lo merece), no veo por qué no dárselas al cine de acá.

Lamento tanto el ''No veo cine nacional, es todo una mierda'' como el ''No me gusta leer''. Pero lo único que puedo hacer es alentar su difusión.

5 Razones para ver El Patrón, radiografía de un crimen.

Ahora Furriel tiene un affair con el cuerpo demolido de su ex-novia. Las creatividad de las novelas va en aumento.
Primera. Las actuaciones son excelentes.

Nadie desentona en está peli. Nadie. Todos brindan actuaciones excelsas, sin llegar al melodrama. Son comedidas, la reserva y queda inteligencia de un casting perfecto. Cada llanto, cada risa expresa humanidad en su más alto impetú. Asimismo, se ve humanidad en la maldad. El chanta, el vivo...el hijoputa. Te lo crees y no piensas en los actores como actores sino ya concluido el film.

Vas a necesitar mucha fuerza para resistir putear a Luis Ziembrowski o para reírte sin culpas de Germán de Silva que la rompe como el profe carnicero. Se te va a complicar encariñarte con esa pareja amorosa pero defectuosa que interpretan Monica Lairana y Joaquín Furriel. Oh my god. Oración exclusiva para Furriel: una composición que le quita su personalidad, le come su vida y con mucha calma borda el personaje principal. Furriel es una de las principales atracciones del film (y sin brindar facha, lo cual es un logro).

Menciones honorables para Guillermo Pfening, que se afinca cada vez más en buenas elecciones cinematográficas.

Segunda. La atrapante historia.

La cuestión es sencilla, Hérmogenes es un santiagueño que se va a Buenos Aires junto a su mujer para conseguir una situación financiera más potable. Consigue laburo en una mafia de carnicerías, en la cual el horror se asoma tempranito. Dije horror, quizás quise escribir hedor, lo lamento. Demasiadas ideas encontradas.

Contada a modo de intercalado, yendo del pasado al presente y viceversa; nos vamos asiendo del suspenso creado por el director de a poco. Es complicado no involucrarse con el guión (basado en un libro homónimo escrito por Elías Neuman en los '80), dada la humillación a la que es sometido el protagonista.

Tercero. Es un thriller ejecutado con primor.

A pesar del cariz aséptico con el que está filmado el film, más que nada por el bagaje del director Sebastián Schindel, se percibe el suspenso en todo momento. Imposible que eso no pase, debido a una banda sonora agrietante, simple y oscura. El Patrón es un muy buen thriller en el cual no importa si ya conocer el final, porque el desarrollo es lo que interesa, es la distancia no el desplazamiento. ¿Cómo reaccionas al horror de la esclavitud?¿Qué pasará ahora? Se vive en constante opresión dentro de esa carnicería de mal augurio. Obviamente todo está muy bien dirigido por Schindel, que sorprende con un montaje conciso que evita amaneramiento (lo cual no es bueno ni malo, es un estilo nada más).

Mas no se dejen engañar. Se adscribe al género, pero lo sobrevuela. Toma virajes que demuestran las peculiaridades que Schindel quiere retratar de la sociedad, la justicia y el desprecio por las libertades individuales. Es un relato costumbrista en el que las clases sociales colisionan y se unen o desunen. Colisiones perfectamente inelásticas o no.

Cuarto. Es cine comercial y artístico.

Esa es la clase de cine que adoro. Y es bueno que en el cine nacional haya más de un ejemplo. Es el que va por la tercera vía, entre los productos comerciales repugnantes (Bañeros 4 o Blended) y el mechupomipija más rancio (Jauja o Goodbye to Language): el que pretende ofrecerle al público una mirada personal, artística, de los asuntos universales de la humanidad y establecer una narrativa coherente y firme que entretenga y cautive. Un sandwich de crema de maní con mermelada bien hecho.

Es la combinación que dota al cine de fuerza, el brío que permite al Ulises cinematográfico seguir rodando. El Patrón, junto a Relatos Salvajes, El Secreto de sus Ojos, El Aura, Elefante Blanco y otros (El Estudiante, por decir algo mucho más independiente) es cine de calidad. Es el exponente perfecto de que no tenes que ir a Hollywood para alcanzar tus cotas artísticas. La cumbre no es allá, ni es acá. El pico lo ponen los artistas, no la plata (aunque ayuda, claro está)

Cinco. La producción.

Ya desde el primer fotograma dije: ''wow, que olor a mierda'' porque sucumbí a una flatulencia. Después dije algo con más seriedad: ''wow, se ve muy bien'' y es que es cierto. La peli tiene una fotografía centrada en lo visualmente estimulante. No es grandilocuente ni aventurera, pero no lo necesita. La historia en sí no se lo pide. Los movimientos de cámara son justos y necesarios. Iluminación acotada pero suficiente. Sonido impecable (todavía escucho la grasa caer de esos pedazos gigantes de carne). Maquillaje y diseño de producción osados pero cotidianos. Nada que suene extraño. Nada que te haga pensar: ''que pelotudez''. Nop. ''El Patrón'' cumple con lo que prometía la premisa.

Conclusión.

La primer gran joya que veo en este 2015. Es copado que sea de Argentina. No me hace sentir orgullo por la nación, no le agradezco al gobierno ni al peronismo por esto (ni por nada, obvio, como si el peronismo hubiera salido de la nada misma y fuera una constante de la historia). Me importa poco si gana tal premio. Lo único que importa es que sea vista, sea interpretada y reciba elogios.


Cheers, porque si el cine nacional es una mierda, quiero que sea como esta mierda.

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